Son muchas las investigaciones que se han realizado con el objetivo explícito de comprender la manera en que la pornografía influye en el cerebro, ya que está claro que se trata de un tipo de contenido que le ofrece placeres las personas, pero que también por sus características se puede convertir en una adicción peligrosa.
Según diversos investigadores que se han enfocado en este asunto, ver imágenes eróticas y pornográficas conduce a que se presente una síntesis de un neurotransmisor que se denomina dopamina y que a su vez es conocido como la hormona de la felicidad.
¿Qué le ocurre al cerebro al ver xvideos?
La dopamina es un ingrediente fundamental para el sistema de recompensa desde la perspectiva del cerebro humano. Hay que tener en cuenta que la dopamina cuenta con la capacidad para suscitar un deseo profundo por revivir una misma estimulación una y otra vez. En otras palabras, puede hacer recaer a una persona en una adicción.
En ese orden de ideas, los especialistas apuntan y subrayan que ver pornografía en exceso se puede comparar con cualquier otro tipo de adicción. Además de lo anterior, tampoco se puede considerar a esta clase de contenido como un estímulo natural, ya que no cumple con estas características.
En la mayoría de los casos, la influencia de los vídeos X en el cerebro, termine por representar en una clase de abuso si empieza a reemplazar otro tipo de actividades. Es decir, un consumo excesivo casi siempre va a provocar alteraciones en el cerebro, sin importar lo que una persona. De todos modos, la pornografía no genera dependencia física como sí ocurre con los drogadictos, pues en este caso no se involucran sustancias externas.
Cambios en la estructura del cerebro por los vídeos X
Durante el año 2014, los científicos del Instituto Max Planck, en Alemania, pronto llegaron a la conclusión que si se consume porno de manera excesiva, la estructura del cerebro se va a alterar, en cuyo caso se puede reducir el volumen de la materia gris en el lóbulo derecho, lo que implica que se dé un proceso negativo respecto al control del comportamiento de una persona.
No obstante, también hay que considerar que la causalidad puede traer como consecuencia de lo contrario, pues algunas personas de más pornografía por su escasa habilidad para el control de los impulsos.
En conclusión, los especialistas en este campo están de acuerdo en que ver vídeos X sí influye en el cerebro, pero siempre resaltan que este tipo de cambios se van a presentar en las personas que consumen el contenido de una manera excesiva y no entre quienes lo hacen ocasionalmente.